miércoles, 19 de marzo de 2014

Teatro invisible: una buena manera de reflexionar sin que te des cuenta...


El teatro invisible se representa en un contexto real fuera del escenario, puede ser la calle, una escuela o un lugar público tal como un centro comercial, en donde el público no puede identificar a los actores como tal. Esta técnica de teatro, a diferencia de otras, no solicita ninguna propina ni pago, ya que generalmente se le ofrece a la gente que normalmente no tendría la oportunidad de contemplar obras de teatro, aunque en este caso no se den cuenta de que están frente a una.
Se reconoce generalmente a Augusto Boal como la persona que lo desarrolló originalmente como su Teatro del Oprimido, que se centró en la opresión y cuestiones sociales durante su estancia en Argentina en los años 70. Más tarde desarrolló el Teatro Foro, en el que el público suplanta a los actores en lo que pueden hacer para hallar posibles soluciones al conflicto.



Al igual que otras técnicas de teatro urbano, el teatro invisible puede llevarse a cabo para ayudar a los actores a expresarse públicamente, tal como lo es un grafiti en algunas personas. De la misma forma, puede otorgar a los actores una excelente manera de ponerse en la piel de sus personajes y ver cómo la gente reacciona ante ellos y sus acciones.
Normas básicas son: ensayar mucho la obra con los actores para que puedan estar preparados según las intervenciones de la gente, no llegar a decir nunca la verdad al público y evitar la intervención policial y la violencia. Nunca es una cámara oculta. La finalidad no es entretener, sino reflexionar sobre el tema en cuestión.

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